* Fuerza Centrífuga, disgregadora en Estados plurinacionales con pueblos con relevantes diferencias étnicas. Así ocurrió en los imperios austríaco y otomano.
* Fuerza Centrípeta, aglutinadora, en territorios con un pueblo homogéneo, pero dividido en múltiples estados. Así sucedió en Italia y Alemania.
El nacionalismo se fortalecerá tras las revoluciones burguesas, especialmente tras la Revolución de 1848. En lugar de los vínculos personales en que sustentaba la lealtad al señor feudal o la sumisión al monarca absoluto, se abrió camino un nuevo tipo de relación: la del ciudadano libre dentro del marco del Estado-nación, formado por una unidad compuesta de elementos comunes como la lengua, la cultura y la historia. Los límites del territorio albergaban un Estado constituido por una colectividad claramente diferenciada de otras.
La Revolución Francesa intensificó el movimiento como medio de exaltación de la nación frente a la monarquía absoluta. Sin embargo, sobre todo fue Napoleón y su expansión, quien alentó los nacionalismos: en Italia criticó la presencia de los austríacos y ayudó a crear un reino nacionalista en Nápoles dirigido por Murat, un general suyo. Pero al mismo tiempo, el imperialismo agresivo que llevó a cabo estimuló los movimientos nacionalistas en su contra, como en el caso ruso, español o alemán (éste último abanderado por Prusia).
Con la Restauración el nacionalismo constituyó una fuerza opuesta a los intentos de una ordenación artificial de los estados; ocurrió con los belgas, incómodos en su integración con Holanda en el Reino de los Países Bajos; también con los polacos, que rechazaron la dependencia del Imperio Ruso y a los que no se les concedió su derecho a la independencia, o a los checos y húngaros, por su parte, intentaban desligarse del Imperio Austríaco.
El paradigma del nacionalismo europeo lo constituyeron las unificaciones italiana y alemana, ambas con un marcado carácter centrípeto frente a los movimientos independentistas que se desarrollaron en los dominios austríacos y turcos.
Bismarck en 1871: El paradigma del nacionalismo europeo lo constituyeron las unificaciones italiana y alemana, ambas con un marcado carácter centrípeto frente a los movimientos independentistas que se desarrollaron en los dominios austríacos y turcos.
Garibaldi:
Esquema de la Unificación Alemana:
Esquema de la Unificación Italiana:
Proclamación del Imperio Alemán en Versalles:
EL GATOPARDO, de Luchino Visconti
En mayo de 1860, tras el desembarco de Garibaldi en Sicilia, Don Fabrizio (personaje inspirado en Giulio IV di Lampedusa, bisabuelo del autor de la novela Giuseppe Lampedusa) asiste con distancia y melancolía al final de una época. La aristocracia comprende que el final de su supremacía se acerca: es el momento de que se aprovechen de la situación política los burócratas y mediocres, la nueva clase social emergente. Don Fabrizio, perteneciente a una familia de rancio abolengo, se tranquiliza viendo que su sobrino Tancredi Falconeri, a pesar de combatir en las filas garibaldinas, intenta aprovecharse de la situación. Cuando, como todos los años, el Príncipe se traslada con toda su familia a la residencia estival de Donnafugata, se encuentra a un nuevo alcalde, un burgués de origen humilde que se ha enriquecido y ha hecho carrera como político. Tancredi, que antes había manifestado algún interés por la primogénita del príncipe, se enamora de la hija del alcalde, con la que se casará debido a su abultado patrimonio.Otro episodio significativo es la llegada a Donnafugata de un funcionario piamontés, Aimone Chevalley de Monterzuolo, que ofrece a Don Fabrizio la posibilidad de ser senador del nuevo Reino de Italia. Sin embargo, el Príncipe rechazará esta oferta, alegando que está demasiado ligado al antiguo régimen.
La escena que a continuación se expone es la correspondiente a la llegada del Príncipe y su familia a su residencia de verano siendo recibidos por el pueblo como corresponde a su clase social:
No hay comentarios:
Publicar un comentario