miércoles, 20 de febrero de 2013

LA REGENCIA DE MARÍA CRISTINA (1885-1902)

 Alfonso XII muere en 1885 dejando a su esposa María Cristina embarazada del futuro Alfonso XIII. A la muerte del rey ésta asume la regencia, comenzando un nuevo período en la historia de España. La reina, inexperta en los negocios de la política, se dejó asesorar por Sagasta, con quien acabaría trabando una estrecha amistad. María Cristina se guio por la sensatez y el equilibrio en sus diecisiete años de regencia.Tuvo por confesor a José Fernández Montaña, al cual le encargó la educación de Alfonso XIII como preceptor. Poco después de la muerte del rey Alfonso XII, con el objetivo de evitar los errores que dieron lugar a la crisis del reinado de Isabel II, se llegó al Pacto de El Pardo: un acuerdo suscrito por Cánovas y Sagasta, que instituyó el sistema de turnos pacíficos en ejercicio del poder entre liberales y conservadores y consolidó la Restauración hasta finales del siglo XIX y principios del XX. El papel de María Cristina en el sistema de gobierno fue representativo, ya que no participó en los enfrentamientos entre los partidos dinásticos, respetando el turno a la hora de llamar a los candidatos a formar gobierno, aunque se sintió más cercana a Sagasta y no puso dificultades al mantenimiento de largos períodos de gobierno del partido liberal. Se promulgaron, entre otras, la Ley de Sufragio Universal y la Ley de Asociaciones. En sus últimos años de regencia se agravó el problema marroquí y se agudizó la conflictividad social. De esta época datan también los inicios del catalanismo político. Además, la pérdida de las tres últimas colonias hispanoamericanas en 1898 y el inicio de la descomposición de los dos partidos del turno al desaparecer Cánovas y Sagasta pocos años después, sumieron al país en una grave crisis, que evidenció de manera clara la inoperancia que adquirió, coincidiendo con el cambio de siglo, el régimen de la Restauración.